Extracto del texto por cortesía de la periodista Stefanie Breme

... El autodidacta confeso no quiere cumplir ningún cliché de artista, sino seguir siendo auténtico. Carola Matthes disfruta del lujo de poder moverse con independencia y libertad en el mercado del arte. Como oficinista industrial de formación, realiza un trabajo comercial bien organizado. A veces, las cosas son totalmente caóticas en su estudio. Para ella, sin embargo, el arte no es sólo una forma de relajarse, sino su verdadera vocación.

Muerde sus fotos. Ningún día comienza sin que ella sumerja un dedo en la pintura.

La artista está deseando seguir desarrollándose, en técnica y claridad de expresión, en el camino hacia su propio estilo.

Siempre también estructurada y muy orientada a los objetivos, Carola Matthes se deja llevar por la libertad de la experimentación a la hora de pintar. Su mesa de estudio está llena de botellas de acrílico, botes de spray, masilla, latas de arena y polvos de piedra, pinceles y espátulas de todos los tamaños y formas.

A partir del caos unido al silencio y a una visión, crea vastas superficies llenas de intensidad de color, alegría de vivir y composiciones provocativas.

El enfoque suele ser el de una mujer con emociones fuertes, desafiantes, alegres, reflexivas, tristes, anhelantes, cariñosas... ¡o simplemente "mujer en medio de la vida"! Los cuadros del pintor Bad Bramstedt saltan directamente al espectador. Y luego ves la misteriosa X siempre presente en el fondo, líneas, áreas de color, collages, estructuras y superposiciones que insinúan la realidad sin detenerse en lo banal...